Cómo y cuándo abonar los rosales

Los rosales son plantas hermosas y muy resistentes que añaden color y perfume a tu jardín. Sin embargo, para mantenerlos saludables y florecientes, es importante darles el cuidado adecuado, incluyendo el abono. Las rosas requieren de nutrientes para crecer y desarrollarse de forma óptima y mantener una floración constante sin que disminuya el vigor de la planta, por lo que es importante abonarlos regularmente.

Puedes añadir abono orgánico, fertilizante mineral o bioestimulantes en función de las necesidades del rosal y según la época del año. Si mantienes tus plantas bien alimentadas son mucho más resistentes frente a plagas y enfermedades además de florecer de manera más abundante. En este post, te daré algunos consejos sobre cómo y cuándo abonar los rosales para que puedas disfrutar de sus hermosas flores todo el año.

Tipos de abono para rosales

Es importante elegir el tipo adecuado de fertilizante según las necesidades y época del año. Los rosales necesitan un abono rico en nutrientes que contenga nitrógeno, fósforo y potasio. Puedes encontrar abonos específicos para rosales en la mayoría de las tiendas de jardinería. También puedes optar por abonos orgánicos como el compost o el estiércol de caballo, que son igualmente efectivos y respetuosos con el medio ambiente.

Cuándo abonar los rosales

Primavera y otoño son los momentos clave para abonar. En otoño es interesante enriquecer el terreno con abono orgánico. Durante la primavera, en cambio, es preferible optar por un fertilizante mineral en forma de granulado o líquido. En verano es mejor suspender cualquier tipo de abonado, ya que cuando las temperaturas son muy altas, las plantas pueden entran en reposo.

Como abonar los rosales con fertilizante mineral

• Aplica el fertilizante respetando la dosis recomendada por el fabricante.
• En el caso de elegir un abono granulado, riega los rosales antes de añadir el fertilizante para rosales.
• A continuación, rasca la superficie de la tierra con un rastrillo para incorporar los gránulos en la tierra.
• Evita que entre en contacto directo con las hojas o tallos.
• Después, riega de nuevo para que el abono se adhiera bien a la tierra y empiece a liberar sus elementos.
• Recuerda que el abono en exceso puede ser perjudicial para tus rosales, por lo que es importante seguir las instrucciones del paquete o consultar a un experto si tienes dudas sobre la cantidad adecuada de abono para tus plantas.

Abonar los rosales en maceta

Los rosales en maceta se deben abonar a principio de la primavera con fertilizante mineral o durante toda la temporada con abono líquido para rosales. Añádelo al agua de riego siguiendo las recomendaciones del fabricante. En caso de que las hojas presenten síntomas de clorosis (hojas amarillentas), puedes añadir un suplemento de Quelato de Hierro.

¿Acolchar o abonar?

Acolchar la base de tus rosales te dará muchas alegrías, sobre todo, si tu terreno es pobre y está mal drenado. El acolchado es una técnica que consiste en incorporar al terreno compost, hojas secas, césped, paja, etc. Realizar este simple hábito, mejora la textura de la tierra, aumenta su capacidad de absorber agua y nutrientes, además de reducir el crecimiento de hierbas competidoras.

Añádelo en otoño y No incorpores más de 3 cm de acolchado cada vez.

Síntomas de carencias de nutrientes en el rosal

Aprender a reconocer las carencias de minerales que pueden aparecer en tus rosales, te permite evitar problemas graves de plagas y enfermedades.

Cuando un rosal tiene las hojas amarillas de forma generalizada y un aspecto de poca vitalidad, flores escasas y hojas pequeñas, se trata de un rosal con deficiencia de nitrógeno. En estos casos, las enmiendas orgánicas como el compost, el humus de lombriz o el estiércol de caballo reducen o inhibe esta deficiencia.

El nitrógeno es uno de los componentes esenciales, junto con el fósforo y el potasio, indispensables para el desarrollo de las plantas. Pero hay que tener cuidado con el exceso de nitrógeno, ya que podría provocar un desarrollo demasiado rápido de la planta, haciéndola susceptible a plagas y enfermedades.

Macronutrientes básicos o esenciales en rosal

• Nitrógeno (N): El follaje se torna amarillento, las hojas quedan pequeñas y no se observan nuevas brotaciones. En general la planta carece de vigor y la floración es pobre. En carencias prolongadas las hojas caen, los tallos alcanzan poca altura y la planta se debilita.
• Fósforo (P): Las hojas jóvenes se tornan oscuras y el envés con tonalidades violáceas. Las hojas del rosal se caen y los tallos alcanzan poca altura y se debilitan.
• Potasio (K): El margen de las hojas se vuelve amarillento, y con el tiempo se necrosa y adquiere tonalidades negruzcas.  Los botones florales aparecen poco desarrollados y las flores no crecen. El potasio, forman uno de los

Macronutrientes secundarios necesarios en los rosales

• Calcio (Ca): la carencia de calcio provoca  un crecimiento desigual de la planta así como un desarrollo anormal de las raíces.
• Magnesio (Mg): Las hojas del rosal se vuelven pálidas en el centro, apareciendo sobre ellas manchas necróticas. Si la carencia se prolonga a lo largo del tiempo, las hojas terminan cayendo.

Micronutrientes u oligoelementos necesarios en los rosales

• Hierro (Fe): aparece una clorosis férrica destacada por hojas amarillas con nervios sin clorosis. Común en suelos alcalinos.
• Manganeso (Mn): las hojas se vuelven pálidas, moteadas, sobre todo en hojas viejas o inferiores. Esta carencia se suele presentar en suelos alcalinos.

En resumen, abonar tus rosales es una tarea importante que debes hacer para mantenerlos saludables y florecientes. Elige el tipo adecuado de fertilizante, abona en primavera y otoño, y sigue las instrucciones de aplicación adecuadas para obtener los mejores resultados.

¡Y ahí lo tienes! Espero que estos consejos te hayan sido útiles. ¡No olvides abonar tus rosales este año y disfrutar de sus hermosas flores!

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