El oídio es una enfermedad común en los rosales. Se caracteriza por la aparición de un polvo blanco en las hojas y los tallos de la planta. Esta enfermedad puede debilitar la salud de tus rosales si no se trata adecuadamente. Para prevenir el oídio, es importante mantener tus rosales limpios y bien ventilados, y aplicar un fungicida preventivo a base de azufre, oxicloruro de cobre o bicarbonato sódico.
El oídio, también conocido como cenizo o mal blanco, está producido por diferentes géneros de hongos ectoparásitos. Ectoparásito es una clasificación que se le da a un organismo que se desarrolla y se distribuye en la superficie de una planta sin penetrar en el interior. Por lo que pueden ser efectivos tanto los fungicidas sistémicos como los de contacto.
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- Modo de empleo: Verter el producto con agua en el pulverizador, No mezclar con otros productos, Pulverizar de forma uniforme el cultivo a tratar, Aplicar...
- Dosificación: 5 g por litro de agua, 1 litro sirve para pulverizar 10 m²
Fungicidas para rosales
Fungicida líquido concentrado
Fungicida polivalente en Spray
Azufre fungicida anti oídio COMPO
Fungicida de Cobre Ecológico
Compo Triple acción
Purín de cola de Caballo
Cómo detectar el oídio en los rosales
El oídio aparece en los rosales en forma de manchas blancas de aspecto polvoriento en las hojas y en los tallos de la planta. Los brotes jóvenes son los primeros en ser afectados, pudiendo extenderse hacia las hojas, ramas, flores y frutos. Si no ponemos remedio rápidamente, puede acabar afectando a toda la planta, incluyendo flores y frutos.
Esta enfermedad es causada por un hongo que puede enfermar y debilitar tus rosales. Es una enfermedad muy común en el jardín y muchas plantas como rosales, claveles, crisantemos, hortensias o begonias podrían verse atacadas por él. Algunas plantas aromáticas, como la menta y la salvia, también se ven afectadas por esta enfermedad. El huerto tampoco es inmune a ella, por lo que podemos verlo en plantas de melones, pepinos, calabazas, calabacines, fresas y tomates, entre otros. Los árboles frutales más comunes en contagiarse son los de la familia de las rosáceas como son los rosales, el manzano, el albaricoque, el melocotonero y el ciruelo.
Cómo prevenir el Oídio
Observa tus rosales regularmente para detectar a tiempo los primeros síntomas de una enfermedad, plaga o carencia.
Las condiciones favorables para que aparezca el odio son: humedad, escasa ventilación, poca luz y temperaturas cálidas.
Además, las plantas débiles o abonadas con un exceso de nitrógeno son las primeras en ser atacadas. Estos hongos proliferan especialmente durante la temporada de primavera y otoño, por lo que es hay que estar atento durante esas épocas del año.
Cuando aparecen este tipo de enfermedades, debemos evitar que el riego salpique de unas plantas a otras para disminuir el riesgo de contagio a través de las esporas de estos hongos.
Es importante lavar con agua y jabón las herramientas que hayamos utilizado con las plantas infectadas para evitar la propagación. Si no lo tratamos desde el inicio con un fungicida específico, las hojas atacadas acaban amarilleando y cayendo.
Para prevenirla, es importante mantener la planta limpia y ventilada y evitar los cambios bruscos de temperatura. También puedes aplicar fungicidas naturales a base de ajo o de bicarbonato de sodio.
- Prepara un buen drenaje. Cuando plantes tus rosales, pon una capa de gravilla en el fondo del agujero para evitar encharcamientos, o en el fondo de la maceta.
- Mantén una ventilación adecuada mediante la poda para favorecer una buena circulación del aire y evitar que se acumule humedad y hongos.
- Planta los rosales con una separación adecuada entre ellos, para favorecer la circulación.
- Riega siempre la tierra, no sobre el follaje, ya que reduce la humedad sobre la planta y evita la germinación de las esporas del hongo.
- Mantén los rosales sanos, eliminando todas las hojas, flores o frutos dañados.
- Utiliza bioestimulantes o purines de ortiga y cola de caballo de manera preventiva para reforzar las plantas y evitar la germinación de las esporas respectivamente.
- Favorece la biodiversidad atrayendo insectos beneficiosos a tu jardín.
Cómo eliminar el oídio
Identificar el problema a tiempo, saber tratarlo y, sobre todo, aprender a prevenirlo ayudará a tus rosales a mantenerse sanos y fuertes.
- Elimina las partes afectadas en cuanto aparezcan los primeros síntomas. Hay que tener en cuenta que, incluso, las hojas secas que ya hayan caído al suelo pueden propagar las esporas.
- Recoge las hojas enfermas y quémalas (no las incorpores al compost) para evitar que las esporas sigan desarrollándose.
- Desinfecta las tijeras después de podar rosales enfermos. Sumérgela en un cubo con agua y un chorro de lejía, a continuación sécalas bien y lubrícalas.
- Renueva la tierra al pie de tus rosales para eliminar esporas que puedan haber quedado en la superficie. Rasca la superficie de la tierra eliminando el primer centímetro y a continuación añade tierra nueva.
- Pulveriza con un fungicida de contacto o sistémico por todo el rosal, tanto por el haz como por el envés de las hojas. Elige un momento fresco del día, sin viento ni lluvia.
- Repite la pulverización al menos tres veces, siguiendo las instrucciones del fabricante.
- Los funguicidas a base de azufre, como principio activo, funcionan muy bien para combatir el oídio, sobre todo en la primera fase de la enfermedad y como preventivo después de días de lluvia.
- Respeta las dosis indicadas por el fabricante de los productos que utilices.
- Ten paciencia, la mejora del aspecto de tus rosales y tus plantas, requerirá algo de tiempo. No esperes que el problema desaparezca de un día para otro.
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