Los rosales miniatura son una excelente opción para aquellos que desean tener rosas en espacios pequeños. Este tipo de rosal suele florecer en ramilletes de diminutas rositas, aunque algunos lo hacen en florecitas individuales. Su floración es abundante desde la primavera hasta el otoño, por lo que podremos disfrutar de sus rosas casi todo el año. Existen numerosas variedades de rosal mini y de todos los colores típicos de la rosa y estos abarcan tamaños desde 20 a 60 cm de altura.
¿Te encantan los rosales, pero dispones de poco espacio? Elige variedades que crezcan poco y de floración continuada, que mantienen un aspecto compacto en espacios reducidos y pueden ser cultivados en macetas o en pequeñas áreas del jardín. Los rosales miniatura necesitan un cuidado apropiado, incluyendo podas regulares y una nutrición adecuada.
- Los colores se elegirán aleatoriamente entre los más floridos de cada semana a menos que se indique por correo los colores deseados.
- Riego agundante dejando secar ligeramente la tierra entre riegos. No dejar agua estancada en un plato o similar.
- Planta de exterior. Situar al sol o semi-sol.
Cuidados del rosal mini
Los rosales miniatura son unos acompañantes ideales a los pies de un rosal híbrido de té, arbustos o pequeños árboles. También puedes formar grupos de rosales mini, ya sea de varios ejemplares de la misma variedad, como de diferentes variedades y colores. Recuerda que el rosal mini es una planta de exterior, como todos los rosales. Quedan perfectos en cualquier jardín, terraza o incluso en un ventana.
- El rosal mini, es una planta de exterior muy fácil de cuidar.
- Asegúrate de ubicar tus rosales en los rincones más soleados, de esta manera florecerán compactos, florecerán abundantemente y estarán libres de enfermedades.
- La falta de luz puede provocar palidez en las flores y en las hojas, una floración escasa o incluso la muerte de los capullos formados.
- Riego moderado. Simplemente, comprueba que la tierra este húmeda pero no encharcada. El encharcamiento provoca la muerte por podredumbre del rosal.
- Falta de riego. Un síntoma claro es encontrar nuestro rosal mini con las hojas y los tallos caídos y flácidos. En este caso, es aconsejable poner un plato con agua durante 24 horas.
- Si a pesar de estar situado en una zona luminosa y de regarlo correctamente, tu rosal sigue sin florecer, recorta ligueramente las puntas de sus tallos y llévalo a una zona aireada y soleada hasta que se recupere.
- Si quieres reforzar el rosal durante toda la floración, añade un fertilizante en forma solida al inicio de temporada o en forma liquida en el agua de riego.
Diferencia entre rosal miniatura y rosal pitiminí
Los rosales mini son variedades modernas, es decir creadas por el ser humano y se caracterizan por ser un arbusto compacto con flores, hojas y tallos pequeños. En cambio, el rosal de pitiminí puede ser una variedad silvestre, antigua o moderna, también tienen rosas pequeñas pero las hojas y el tamaño del arbusto es como el el un rosal normal.
Un maravilloso ejemplo de rosal miniatura
La rosa Perla de Alcanada es un rosal mini creado en España, destaca por sus diminutas y abundantes florecillas de color fucsia intenso que alegra el lugar donde esté. Puedes utilizar una jardinera o una maceta grande y combinarlo con pequeñas plantas vivaces o flores anuales, en este caso asegúrate de que no superen los 15 cm de altura para que no le roben protagonismo a tu espectacular rosal miniatura.
Rosal mini en maceta
Los rosales mini quedan perfectos en cualquier terraza o balcón y son una excelente opción para cultivar en maceta.
Cuidados del rosal mini en maceta:
- Puedes cultivarlos fácilmente en maceta y alegrar cualquier rincón de tu terraza o pequeño jardín.
- Para los rosales miniatura necesitarás una maceta de al menos 30 cm de altura.
- Son preferibles las macetas altas que las anchas y bajas, para que las raíces, puedan crecer en profundidad, ya que si se desarrollan superficialmente, podrían sufrir un golpe de calor en verano y el rosal puede perder vitalidad o incluso llegar a verse afectada su floración.
- Si tu rosal a crecido tanto que su tamaño se ve desproporcionado con el tamaño de la maceta, recorta todos los tallos aproximadamente a la mitad.
- Cada 2 o 3 años, cambia tu rosal a una maceta con un diámetro ligeramente superior a la anterior. Para ello, utiliza un sustrato turboso.
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Riego del rosal mini
- Hojas amarillas en rosal mini: Si durante el verano observas hojas amarillas en tus rosales, es posible que al rosal le falte riego. En este caso, te aconsejamos un riego profundo, es decir, un riego abundante de agua.
- Riego moderado. La tierra debe estar húmeda pero no encharcada. El encharcamiento provoca la muerte por podredumbre del rosal.
- Otro problema que podemos encontrar es la falta de riego. Un síntoma claro es encontrar nuestro rosal mini con las hojas y los tallos caídos y flácidos. En este caso, es aconsejable poner un plato con agua durante 24 horas.
- Asegúrate de mantener un riego equilibrado, para despreocuparte de este tema existen kits de riego por goteo ideales para cualquier terraza o balcón, si optas por regar de manera manual, evita regar las hojas y las flores.
- Para proteger las raíces puedes plantar pequeñas vivaces que mantendrán la tierra o fresca o acolchar al pie de tus rosales.
Como podar un rosal miniatura
- La gracia del rosal mini, es que quede compacto. Lo más importante de la poda del rosal miniatura es mantener una estructura compacta, equilibrada y joven.
- Si quieres una floración abundante y un crecimiento saludable o si tu rosal miniatura ha crecido tanto que su tamaño se ve desproporcionado, recorta las ramas a 1/3 de su longitud.
- Realiza un recorte anual de la vegetación o al menos cada 2 o 3 años, a finales de invierno o justo antes de la primera brotación de primavera para rejuvenecerlo y aumentar la floración.
- Elimina las flores marchitas a menudo para favorecer la aparición de nuevos capullos florales.
Abono
En otoño puedes añadir una capa de abono orgánico como el humus de lombriz. En primavera, al inicio de la brotación, es aconsejable regar con purín de ortiga o un abono de liberación lenta.
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